Consideramos que el anuncio de un aumento en la plantilla de la Inspección Educativa es un primer paso, que deberá continuar durante los próximos años, para acercar las funciones de la Inspección a las necesidades reales y a las demandas de los centros de enseñanza pública de Canarias.

 

Manifestamos que la Consejería de Educación se ha hecho eco de nuestra insistencia y nos ha confirmado que, para el curso 2017/2018, los servicios de la Inspección Educativa contarán con tres nuevas plazas en su plantilla. Aunque esta cifra pueda parecer insignificante, conforme a la dimensión actual de su plantilla sería equiparable a un aumento de 1.200 plazas para los demás cuerpos de la enseñanza no universitaria.

 

Por otra parte, confiamos en que a lo largo de los próximos ejercicios presupuestarios el Gobierno de Canarias posibilite una continuidad de este incremento de la plantilla, ya que no encontramos una vía mejor para que el profesorado vuelva a beneficiarse de la función primordial de la Inspección Educativa: el asesoramiento pedagógico al personal docente.

 

Queremos hacer especial hincapié en que esta decisión, de la que se nos informó en una reunión con la Inspección General, supone una adecuada respuesta de la Administración Educativa a una propuesta concreta de nuestros últimos Consejos Sindicales, que insistía en la necesidad de reducir las zonas de actuación de los inspectores e inspectoras, disminuir las tareas burocráticas que sobrecargan sus Planes de Trabajo y ampliar la actual plantilla con el fin de que puedan ayudar más directamente al profesorado.

 

Por este motivo, entendemos que  no tiene ningún sentido que la Inspección tenga que visar todos los horarios del profesorado o que deba informar absolutamente de todas las solicitudes que reciben las Direcciones Territoriales; en nuestra opinión, bastaría con que limitase su intervención exclusivamente a los casos en que fuera necesaria.

 

Siempre hemos defendido que, de todas las funciones asignadas a los integrantes de los servicios de la Inspección Educativa, la que más echa de menos el profesorado en colegios e institutos es su labor de asesoramiento pedagógico sobre la profesión docente, que en otros tiempos resultaba fundamental para resolver los problemas cotidianos del aula y mejorar la práctica educativa, gracias a la notable experiencia acumulada por buena parte de sus integrantes.

 

No podemos olvidar que el profesorado de Canarias lleva demasiados cursos afrontando una durísima realidad escolar con unos recursos muy limitados y que, en muchas ocasiones, se ha sentido absolutamente solo, impotente para cambiar una situación que le supera y también explotado laboralmente, con menos retribución, más alumnos, más obligaciones y una carga burocrática cada vez más insoportable e inútil en la mayor parte de los casos.

 

Hace varios años, denunciamos públicamente el hecho de que el anterior equipo directivo de la Consejería no hubiera cubierto las numerosas bajas por jubilación sufridas por este cuerpo en los cursos precedentes, a pesar de los limitados efectivos de su plantilla, que cuenta con menos de 60 inspectores para atender a más de 22.000 docentes en más de mil centros. Para nuestro sindicato, los principales objetivos y pautas de actuación de nuestros inspectores e inspectoras, durante sus visitas periódicas a los centros comprendidos en su ámbito competencial, deben centrarse especialmente en actualizar la información sobre la normativa vigente, ofrecerse a colaborar con el claustro en la solución de los problemas y conflictos que surgen cada día en el seno de la comunidad escolar, supervisar la documentación institucional del centro para aportar sus sugerencias y líneas de mejora, ayudar en la aplicación de los criterios de evaluación establecidos para optimizar los resultados del alumnado y, en definitiva, emplear sus conocimientos y experiencia para aconsejar al profesorado que lo solicite.

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