ANPE Canarias considera que, si la Inspección Educativa contara con más recursos humanos y los inspectores de zona hubiesen incidido más en su tarea como asesores, la deficiente adaptación a la LOMCE que padecen los centros podría haberse mejorado notablemente. Además, su trabajo podría ser mucho más fructífero y valorado por los docentes si no se limitara en muchas ocasiones a una mera función fiscalizadora.

 

Somos conscientes de su necesaria labor de control y supervisión de los centros, pero sabemos que su función principal debe centrarse en proporcionar previamente el imprescindible asesoramiento al personal docente. Por consiguiente, continuaremos insistiendo para que en la labor de la Inspección Educativa prevalezca el apoyo al profesorado, como un medio fundamental para mejorar la calidad del sistema educativo.

ANPE Canarias quiere expresar, una vez más, a los responsables de la Inspección Educativa, que los docentes canarios la necesitan a su lado más que nunca y que sólo juntos lograremos darle la vuelta a nuestros preocupantes datos de fracaso escolar y revalorizar la enseñanza pública.

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